70 años del Diario de Ana Frank

La obra maestra de una niña de 13 años.

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Anne Frank
Anne Frank

«El Diario de Ana Frank» ha sido uno de los mayores éxitos editoriales de la historia. A su precoz calidad literaria y su enorme dimensión humana, se añade su valor como documento de la brutalidad nazi y como exponente del daño que el protagonismo masculino de la historia ha infligido tradicionalmente a la mujer. PROPRONews recomienda su lectura cuando se cumplen 70 años de su publicación por primera vez.

Ana empezó a escribir su diario el 12 de junio de 1942. Ese día cumplía precisamente trece años, lo que da idea de su precocidad y talento, pues solo un espíritu elevado y perspicaz es capaz de plasmar todo lo que ella llevó al papel en aquellos casi dos años de escritura. El día de su decimotercer cumpleaños, Ana recibió el obsequio de un cuaderno o libro de apuntes en el quen empezó a escribir un diario que, en principio, tenía forma epistolar, “cartas” que escribía a una compañera de clase, Khate Zgyedie. En esas misivas dirigidas cariñosamente a Kitty, Ana empieza a contar todo lo relativo a su vida, estudios, relaciones con sus compañeros de clase y, sobre todo, las terribles condiciones de vida a que los nazis van sometiendo paulatinamente a los judíos de la Ámsterdam, con sus crueles restricciones y prohibiciones inhumanas.

El manuscrito
El manuscrito

No había pasado ni un mes desde el cumpleaños de Ana cuando su hermana mayor, Margot, recibe una orden de deportación a un campo de trabajo, lo que induce a la familia a poner en marcha el plan de ocultamiento que los padres habían preparado. El 9 de julio de 1942, los Frank abandonan su apartamento de Merwedeplein –que desordenan para hacer creer que han huido- y se encierran en el escondite –apenas 46 metros cuadrados- que Otto, el padre, había preparado en las habitaciones traseras del edificio que albergaba a la compañía para la que trabajaba, en el 263 del Canal del Príncipe (ver trabajo anterior titulado “¿Queréis ver viva a Ana Frank?”).

En aquel espacio claustrofóbico Ana escribiría su diario hasta el 1 de agosto de 1944. No podría seguir haciéndolo, porque el 4 de agosto irrumpió la Gestapo en la casa y detuvo a los Frank y a otras familias que también se habían refugiado allí. Lo que ocurrió después es bien conocido por todos.

La Westerkerk, junto al escondite de la familia Frank. PROPRONews
La Westerkerk, junto al escondite de la familia Frank. PROPRONews

Meses antes de la captura, en la primavera de 1944, Ana había escuchado por la radio unas declaraciones de un ministro del Gobierno holandés en el exilio, en el que el político anunció que, terminada la guerra, se recogerían y ordenarían, para su publicación, los diarios y testimonios escritos por los holandeses denunciando las atrocidades de los ocupantes nazis. Eso indujo a la muchacha a reordenar y sistematizar sus escritos y anotaciones, con el fin de publicar un libro de denuncia después de la guerra, al tiempo que seguía escribiendo su diario. Su última anotación está fechada el 1 de agosto.

PRIMERA NOTICIA DEL DIARIO

El 4 de agosto, día de la detención, Miep Gies, una empleada de la empresa de Otto Frank y una de las personas que había ayudado a la familia durante su encierro, rescató los escritos de Ana después de que los detenidos y sus captores se marcharan, y los guardó en su casa. Allí los conservó hasta el final de la guerra.

Edición neerlandesa con el título original.
Edición neerlandesa con el título original.

Terminado el conflicto, Otto Frank regresa Ámsterdam sin saber que es el único de la familia que ha sobrevivido al horror nazi. Miep Gies, esa buena mujer que, con otros muchos holandeses, habían protegido y ocultado a los judíos durante la ocupación –aunque eso no fuese lo más común en la conducta de la población-, acogió a Otto en su casa. Allí averiguó el padre que su mujer y sus dos hijas habían muerto víctimas del horror nazi. Miep le hizo entonces entrega de los escritos de Ana. Russell Shorto recuerda en su magnífico libro Amsterdam que, en un principio, Otto entregó los manuscritos a una historiadora llamada Annie Romein. Esto fue definitivo para el comienzo de la difusión de la obra de Ana Frank. Russell cuenta así lo ocurrido:

“El 3 de abril de 1946, casi un año después de que acabara la guerra, Jan Romein, el marido de Annie, que también era historiador, escribiría un artículo publicado en la primera página del Het Parool, el periódico de Ámsterdam, bajo el título “Una voz infantil”. El artículo abría con las siguientes palabras: “Por casualidad ha llegado a mis manos un diario que fue escrito durante la guerra. El Instituto Real Neerlandés para la Documentación sobre la Guerra contiene aproximadamente doscientos diarios de esta índole, pero me extrañaría mucho que hubiera otro tan puro, inteligente y humano como este, que me hizo olvidar lo que iba a hacer hoy y leerlo de corrido hasta el final. Cuando terminé, ya era de noche, y me sorprendió que estuviera la luz encendida, que hubiera pan y té, que no se oyera el ruido ensordecedor de los aviones ni las botas militares golpeando las calles. Tal fue la intensidad con que me capturó la lectura y me devolvió a ese mundo irreal que ya ha quedado casi un año atrás”.

PUBLICACIÓN

El libro se publicó por primera vez en Holanda en 1947 bajo el título de Het achterhuis o “La casa de atrás”, también traducido más libremente como “Las habitaciones de atrás”, títulos ambos, estos dos últimos, con que inicialmente se publicó en castellano, hasta que, finalmente, prevaleciera el conocido título de “El Diario de Ana Frank”, o simplemente “Diario”, firmado por la autora. En 2017 se cumplen, pues, 70 años del inicio de este éxito editorial sin precedentes.

Edición castellana con el título original en traducción libre
Edición castellana con el título original en traducción libre

La asombrosa obra de la jovencísima escritora se convirtió enseguida en uno de los libros más vendidos de la historia –cerca de cuarenta millones de ejemplares en casi setenta idiomas diferentes- y en una lección de buena literatura y, sobre todo, de humanidad.

Traemos el Diario de Ana Frank para abrir nuestra sección de ESCRITORAS IMPRESCINDIBLES por la triple razón de su calidad, de ser un documento esencial para la consideración del valor del espíritu femenino y de ser también una muestra del dolor que el curso masculino de la historia ha infligido a las mujeres.

Recomendamos a nuestros lectores y lectoras que lean este libro. En España y en Hispanoamérica lo tienen en diversas y cuidadas ediciones, en papel y en ebook, a precios muy asequibles.