miércoles, 24 abril, 2024
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Rajoy, hacia la plurinacionalidad

No cabe otra salida que la reforma constitucional hacia un estado federal y el presidente lo sabe

Lo que para los más retrógrados –incluso dentro del PSOE- era “una ocurrencia” empieza a perfilarse como una puerta hacia la solución. La realidad plurinacional de España, formulada por Pedro Sánchez y asumida por el PSOE en su 39º Congreso, empieza a abrirse paso como la única posibilidad hacia la solución de un conflicto que amenaza con partir España. De momento, Rajoy ha dado un primer paso al considerar la posibilidad de que se cree una comisión específica en el Congreso que estudie esta alternativa.

Cuando Pedro Sánchez formuló la idea de la plurinacionalidad de España como un posible cauce hacia la solución del problema del encaje de los diversos territorios en una forma de Estado que garantice la unidad de España, al tiempo que permita a todos sentirse cómodos dentro de esa estructura, los sectores más reaccionarios de este país pusieron el grito en el cielo. Incluso medios y ámbitos hasta hace poco aparentemente progresistas, como ciertos periódicos otrora referentes de la izquierda, empezaron a denostar la propuesta, dentro de esa línea que se abrió antes de la defenestración de Pedro Sánchez y en la que dichos medios participaron activamente; una línea tendente no solo a acallar al líder socialista, sino a laminarlo políticamente. La jugada les salió al revés y el tiro por la culata, de modo que toda la conjura organizada con sobranza de partícipes de dentro y de fuera del PSOE -los traidores del interior y los “cebrianes” del exterior- y de medios, solo sirvió para devolverle a Sánchez la secretaría general de su partido en olor –y loor- de multitudes, para reforzarle como líder indiscutible del PSOE y para darle nuevas fuerzas y opciones en su camino a la Moncloa. Y ahora, entre la espada del independentismo y la pared de la realidad, Rajoy parece que empieza a entrar en razón.

PROPUESTA COHERENTE

Sabido es que la cacería contra Pedro Sánchez no ha terminado, como si dentro de todo lo que se mueve contra él, más allá de la crítica legítima y respetuosa, hubiese una patología oculta, una especie de temor envidioso a que termine bailando con la más apetecible de la fiesta –la presidencia del Gobierno-, una suerte de inquina de ese grupo de oligarcas, caciques y prebostes gastados y trasnochados contra alguien que es más guapo, más joven, más moderno, más fresco y más audaz, pero que también está mejor preparado intelectualmente para los nuevos retos del siglo XXI que aquellos parecen no comprender.


Rajoy ha abierto la puerta a apoyar la iniciativa de Pedro Sánchez de crear una comisión específica en el Congreso


Pasada la digestión de la aplastante derrota de esas tesis y de la adalid que las encarnaba, en cuanto Pedro Sánchez ha vuelto a abrir la boca, esa cohorte de derrotados ha vuelto a la carga con la falsa munición de la plurinacionalidad, como si este concepto no estuviese implícito y explícito en la Constitución Española, que en su artículo segundo habla claramente de “nacionalidades y regiones”, por este orden. Nacionalidades, en plural, o, lo que es lo mismo, plurinacionalidad.

Una cosa tan elemental y evidente ha causado otro escándalo en esos sectores reaccionarios solo por venir de quien viene, los mismos sectores que guardaron silencio cuando Aznar definió públicamente a ETA como “Movimiento Vasco de Liberación Nacional”. Pero es que no hay otra solución que admitir de una vez la plurinacionalidad del Estado español -que no es lo mismo que pluriestatalidad, porque aquí Estado solo va a haber y va a seguir habiendo uno- si se quiere que este país camine unido hacia el futuro y deje de gastar energías y dinero en pugnas separatistas y en remedios para evitarlas.

Y la siguiente propuesta de Pedro Sánchez no podía ser más coherente. Formulada la posible receta –la plurinacionalidad- a continuación ha propuesto la creación en el Congreso de una comisión específica, para estudiar los posibles pasos a dar hacia una reforma de la Constitución y una redefinición del modelo territorial, dentro –parece que no cabe otra- de un modelo federal.

Y ha bastado que Rajoy empiece a considerar la posibilidad de adherirse a la propuesta de Sánchez, para que esta haya dejado de ser una barbaridad. “El Periódico de Cataluña” titulaba recientemente: “Rajoy habla con el líder del PSOE y abre la puerta a apoyar la iniciativa”. Parece que el presidente está teniendo su propio camino de Damasco en el atolladero separatista gracias a la inesperada iluminación de Pedro Sánchez. Y en cuanto Rajoy diga, por activa o por pasiva –porque claramente nunca lo va a decir- que abraza la plurinacionalidad, también los recalcitrantes y los reaccionarios la darán por buena. Y ese será otro servicio, el más importante hasta ahora, de Pedro Sánchez al país. Cosas de España.

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